La palabra diamante se deriva del Greco adamao que significa “yo domina” o “yo sucumbe”. Ya desde la Antigüedad, el adjetivo adamas se utilizó por describir la substancia más duro que se conocía en este tiempo. Al final, se ha convertido en un sinónimo por diamante. Se cree que Adamas previamente a que se refiere el segundo mineral más duro, corindón (la variedad de la gema es de zafiro) o a otra cosa. Debido a este problema de la incertidumbre que rodea a los nombres, es difícil trazar la historia del diamante.